La higueruela es una planta de cepa perenne, con tallos que pueden llegar a alcanzar en ocasiones hasta un metro de altura. En primavera estos tallos se renuevan y endurecen; cuentan con pocas hojas, a menudo manchadas de oscuro y pequeños pelos blancos, casi siempre dirigidos hacia arriba. Las hojas se sostienen por un pezón tan largo como ellas. Las flores son de color azul violáceo y se aglomeran en el extremo de un cabillo estriado, velloso como el tallo y mucho más largo que la hoja. Se cría en los ribazos y terrenos incultos de todo el país, sobre todo en tierras bajas, aunque puede remontarse hasta los 1000 m. De altura.
FLORACIÓN
La higueruela empieza a florecer en abril, prosiguiendo su floración durante toda la primavera y parte del verano. De la recolección con fines medicinales interesan sobre todo las hojas, las cuales se deben arrancar con sumo cuidado para no dañar el tallo. Estas hojas tienen un sabor que recuerda al de las judías tiernas, ligeramente amargo y desagradable al gusto. Se deben poner a secar rápidamente para, una vez secas, guardarlas en frascos herméticos.
APLICACIONES
La higueruela contiene esencia de psoraleno, que cuenta con la peculiaridad de permanecer en estado casi sólido a temperatura ordinaria. También contiene otras sustancias, pero de menor interés médico. En cuanto a sus virtudes, cabe decir que antiguamente se le atribuyeron muchas, demasiadas para las que en realidad tiene. En cambio, actualmente parece haber caído en el olvido a juzgar por las pocas aplicaciones que se le reconocen. Se emplea generalmente como vulnerario, es decir, que sana llagas y heridas. También se ha utilizado como astringente en heridas y llagas. Pero en el mercado se pueden encontrar muchas otras especies con virtudes semejantes y de mayor actividad, por lo que tampoco merece la pena centrarse mucho en ella. En la misma familia de las leguminosas existen múltiples especies con efectos vulnerarios y cicatrizantes mucho más marcados.
ADMINISTRACIÓN
Cocimiento. La mejor manera de extraer las virtudes de esta planta es preparar un cocimiento a partir de las hojas. Para ello, se añade un buen puñado de hojas a 1/2 l. De agua hirviendo y se deja cocer durante un buen rato. Posteriormente se deja enfriar un poco y se aplica en forma de compresas sobre la parte afectada. Este remedio también se ha usado para amortiguar dolores en picaduras de serpientes.
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